Una bonita historia:
¡Fuente Andrino, un pueblo que se niega a morir!

 

La nuestra es una apuesta por una vida en el mundo rural. Fuente Andrino es un pueblo con nueve habitantes, de las cuales seis personas vivimos directamente de la única industria que tiene el pueblo: la fabrica de morcillas.

Hace ya quince años que Pablo Abia y su mujer Purificación Castrillo decidieron que su pueblo no quería desaparecer y juntos emprendieron un negocio en el lugar donde sus antepasados habían vivido, para no dejar morir la esencia de los sabores del pasado.

Años después, una de sus hijas, Ana, junto con su marido Roberto, decidieron trasladarse a vivir a Fuente Andrino y compartir el negocio y la vida con ellos. Esto ha significado la continuidad para un pueblo, que como muchos, estaban condenados a desaparecer.

A día de hoy, el pueblo cuenta con dos niñas entre sus habitantes, Lucía y Cayetana, las hijas de Ana y Roberto, su marido. El autobús escolar ha vuelto a entrar en Fuente Andrino y lo que es más importante, esas dos niñas dan futuro y vida a un pueblo, que gracias a su lucha y la de sus habitantes sigue vivo!


 "La morcilla como forma de vida"

En morcillas de Fuente Andrino perseguimos la excelencia, para ello seleccionamos las mejores materias primas para elaborar nuestro producto:

Cebolla: Tipo horcal en su estado óptimo de maduración que le proporciona sabor dulce, jugoso y persistente.
Arroz: Primera calidad de grano cortó tipo Bahía.
Manteca y Tocino: Cerdo blanco y cerdo ibérico en proporción adecuada, nunca sebo de ternero.
Especias: Conservadas con mucho tesón para que no pierdan los aromas y sabores originales.
Tripa natural: Tripa seleccionada con los criterios de grosor y forma que nosotros consideramos ideales, para envolver la calidad de nuestras morcillas.